Lectura
Por Antonio Tello
Los escritores bíblicos dejaron sentado que en el principio fue la Palabra, algo que explica el carácter esencialmente verbal de la civilización occidental y, consecuentemente, de la experiencia humana. Según señala George Steiner[i], vivimos dentro del discurso, el cual limita expresar fuera de esta experiencia todo aquello que imaginamos. Sin embargo, añade, “no podemos presumir que la matriz verbal sea la única donde concebir la articulación y la conducta del intelecto”, como la imagen, la música, las matemáticas y la Naturaleza. Estos lenguajes “enraizados en el silencio” que asisten al ser humano en su estar en el mundo son igualmente poderosas “fuerzas comunicativas”, que trascienden las murallas verbales, alzadas con la lógica lineal del tiempo, que recoge la sintaxis, y exigen otras formas de entendimiento.
Aqua, de Silvia Barei, es un poemario que corre en este sentido exaltando la dramática belleza de un mundo que parece degradarse y perderse a causa de la incomprensión humana y el sinsentido de sus acciones cotidianas. Desde el caos genésico de palabras, el ser humano expulsado del Paraíso siente dentro de sí su extrañeza existencial al no acercarse a la comprensión de los ruidos significativos del mundo y de las voces que hablan sin nombrar completando el sentido que necesita su espíritu. Barei nos dice que
el ser humano, no entiende que la Naturaleza anima las cosas del mundo y
también el ánima humana. El agua no nombra las cosas, las dice con el silencio, escribe Silvia Barei, quien insiste con que el lenguaje del agua es el silencio de los nombres; un río donde se encuentran todas las manos, menos las suyas, mientras el ser humano parece contar la historia del mundo y de su experiencia solo con una escritura concebida como una sierpe de fuego -un dragón precisa la poeta- surgida del infierno. Mas, la escritura del agua adopta otras formas, como la de la nieve que atraviesa el aire y cubre los campos, las llanuras doradas de trigales, que flotan entre las montañas y el mar de aguas negras de tan profundas; como la del hielo sobre el cual nos deslizamos o nos reflejamos contemplando la fragilidad de los cuerpos; como la de la tormenta, en cuyo arrebato “la voz es agua que tiembla” ante el desdén humano, indiferente ante quien golpea la puerta de su casa acaso buscando refugio. Y Barei interpreta el miedo a conocer el mundo más allá de la rigidez sintáctica que no impedirá la disolución del cuerpo y la memoria. Así, cualesquiera sean los templos donde se recen a los
dioses sobrevendrán el olvido y con el éste la impunidad, la injusticia y la
lluvia ácida, que acabarán corroyendo los nombres y las cosas sin nombrar que el Aqua reconoce en el mundo.
Aqua es un poemario de alto riesgo propositivo, del que Silvia Barei sale airosa gracias a su sensibilidad, comprensión de la condición humana, amor al prójimo y dominio de la escritura poética, elementos fundamentales que sostienen la belleza del libro, incluido en la colección “Ellas, Poetas y Narradoras”, de Ediciones del Callejón.
[1] Aqua, Silvia Barei, Ediciones del Callejón, Los Hornillos (Cba.), 2024.
[2] Lenguaje y silencio, George Steiner, Editorial Gedisa, Barcelona, 2004.