Poesía

Palabras desnudas

ECM Digital publica en exclusiva el discurso de agradecimiento del poeta argentino distinguido con la Medalla Fray Luis de León de Poesía Iberoamericana que otorga el Ayuntamiento español de Salamanca.
La distinción le fue entregada por el alcalde salmantino, Carlos García, durante el 27º Encuentro de Poesía Iberoamericana, que coordina el poeta hispano-peruano Alfredo Pérez Alencart.

Por Hugo Francisco Rivella

Empezar cada día la eternidad quizás sea el destino de la palabra. Agradecer a la Vida,
a la Poesìa, a mis madres, a los que sostienen la utopía de un mundo mejor. A los que posibilitan estos encuentros, a poetas como Alfredo Alencart en Salamanca, a Xavier Oquendo Troncoso en Ecuador, a Harold Alva en Perú. Decir unas palabras. Preguntarse. ¿En qué espejo nos miramos los hombres cada día? Sin grietas. Sin atuendos de mago. Sin máscaras. Mucho antes de esta medalla que luzco como un agua sagrada, Fray Luis de León tocó mi corazón, acaso sin saberlo La eternidad le pertenece, por eso su nombre resuena en cada uno de nosotros. Será la Poesía quien le dio fuerzas para enfrentar la persecución ¿o fue El Cantar de los Cantares la música que lo llevó a derrotar a la muerte sosteniendo el amor para que la vida sea la luz que el hombre necesita para llegar a Dios?

Todo se arremolina cuando pienso. Todo se reconstruye y tiene sentido. Siendo niño, cuando no podía reconocer algunas operaciones matemáticas, la maestra me decía “lo que natura non da Salamanca non presta”. Hoy Salamanca me da lo que natura non presta Me maravilla lo que descubro. Hace algunos años escribí “la Poesía une lo sagrado con el Hombre”. Lo repetí mil veces, orondo y delincuente, desfachatado y reo hasta que no hace mucho tiempo leí, casi subiendo al avión que me traía hasta aquí. “a la poesía, sin duda, la inspiró Dios en los ánimos de los hombres, para, con el movimiento y espíritu de ella, levantarlos al cielo, de donde ella procede; porque poesía no es sino una comunicación del aliento celestial y divino. Fray Luis de León me dejó la egoteca hecha pedazos. La Poesía nos escribe de a ratos. Y hoy estoy aquí porque La Poesía nos prolonga en el otro, nos desnuda, nos transparenta para no traicionar lo que pensamos y la palabra nos lleve al corazón de Dios. Tiende lazos como la rosa que cuida el Principito. El que ensucia las palabras no puede lavarse la boca, decía Santoro[i]. “Si la palabra te quema la boca, el silencio te la curará”, dicen los bambara[ii].

No quiero continuar el viaje, pasar como si nada, desmoronarme en una esquina. No
quiero sobrevivir a lo que escribo sin dimensionar cada palabra. Cada rosa en la calle. Cada luna en el techo de las casas del pueblo. La palabra protege nuestra memoria más allá del déspota de turno. Sostiene la utopía. Nos permite declarar nuestro amor, aventar a la guerra. Gritar que estamos en contra del engaño, de la traición, del terror del venado huyendo de la muerte, sentir que en el barro los sapos iluminan la lluvia y la luna es un caballo hecho con maderas de sándalo. Poesía te vivo como un desafío, Aunque cuando se va deja en mis manos un puñal de punta perfecta, como decía Glauce Baldovin[iii]. Porque en vos la Palabra golpea cada uno de nuestros actos. Nos traba. Nos condena. Nos obliga. Nos compromete. Nos Hunde. Nos levanta. Nos trastabilla. Nos huye. Nos niega. Nos ofrenda. Nos ciega. Nos horada. Nos lava... Nos salva. Y casi como un eco seguiré repitiendo que la Poesía une lo sagrado con el
hombre. La mujer. La Humanidad.

[i] Roberto Jorge Santoro (1939-1977). Poeta argentino
secuestrado y hecho desaparecer por agentes de la Dictadura.
[ii] Bambara. Pueblo que habita al oeste de África, principalmente en
territorio de Mali.
[iii] Glauce Baldovín (1928-1995). Poeta argentina, que sufrió
el secuestro y muerte de uno de sus hijos durante la Dictadura.